Maquetación (II): ¿Qué tipografía debo elegir?

Cuando nos enfrentamos a un trabajo de diseño editorial, sea un libro, una revista o un simple banner para Facebook, una de las primeras dudas que nos planteamos es qué tipografía o tipografías deberíamos elegir. En realidad es una cuestión de vital importancia y dependiendo de esa elección dependerá el resultado de nuestro trabajo.

Pero vamos por partes, como hemos explicado en un anterior post Maquetación (I): El armazón no engaña, una vez tenemos nuestra estructura de página diseñada y pensada para cada trabajo en concreto, porque no es lo mismo un libro infantil que un libro de ensayo o un flyer para una discoteca, ahora toca elegir la tipografía de nuestro texto general. Entendemos por texto general o principal, el texto que ocupa la mayor parte de nuestra publicación, el cual posee unas características tipográficas que se mantienen a lo largo de toda la publicación.

Hoy en día podemos encontrar millones de tipos de letra y no es una exageración, solo en Google Font en un primer momento se nos muestran más de 1000 familias tipográficas (una familia de letras es el conjunto de caracteres, números y símbolos de puntuación con un diseño y características comunes, que puede tener distintos estilos de letras, como cursiva, negrita, light…) lo que significa que podemos encontrarnos con millones de letras diferentes…

La Times New Roman y todas las demás

Sin querer dar una clase magistral sobre tipografía, no soy ningún experto, si puedo dar algunos consejos o trucos para poder ayudar a elegir nuestras letras. Primero podemos dividir las tipografías en: letras de rasgos o con serif (ej. Times New Roman) ; de palo o sans serif (ej. Arial); letras caligráficas (ej. Caveat) o letras decorativas (ej. Lobster).

En cada grupo podemos encontrar cientos de familias de letras y cada una de ellas ha sido diseñada y pensada para algún trabajo concreto por lo tanto poseen unas características diferentes y funcionarán mejor o peor en cada tipo de trabajo.

Para que se hagan una idea la archiconocida Times New Roman fue diseñada por Stanley Morison y otros tipógrafos en los años 30 del pasado siglo por encargo del periódico londinense The Time. Se han hecho varias versiones, actualmente creo que van por la séptima y el diario la sigue usando como tipografía principal.

Algunos estudios apuntan a que las letras de rasgos son mejores para la lectura de textos largos, porque con sus serifas nos dibujan una línea imaginaria que guían nuestros ojos. Otros aconsejan emplear las letras de palo seco o sans serif cuando queremos dar una imagen más fría o poderosa o que escribir en mayúsculas es como chillar. Otro ejemplo de estas normas es usar el estilo cursiva cuando queremos dar la sensación de acercamiento, de mensaje personal o para poner una frase textual.

Un truco que funciona muy bien es ver ejemplos de otros trabajos con temática y soportes afines a lo que vamos hacer y ver que tal funcionan, te llevarás alguna sorpresa. También recomiendo hacer varias pruebas a tamaño real para comprobar la legibilidad y las sensaciones que produce nuestra letra. Otra cuestión importante es comprobar que la familia elegida cuente con todos los caracteres, como la “ñ” y signos de puntuación que vayamos a usar, también es recomendable que tenga un mínimo de estilos como cursiva, negrita, fina…

Como ven la cosa no es sencilla ni mucho menos, la experiencia es la que nos va dar un sexto sentido para determinar nuestra elección.

Y un último consejo, también en el caso de la paleta tipográfica de una publicación aconsejo aplicar la máxima de menos es más.