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Original y diferente, esa es la cuestión

Muchas veces hemos oído hablar acerca del diseño como herramienta de comunicación, tanto publicitaria como corporativa, y en verdad el diseño es una de las mejoras herramientas que pueden ayudar a comunicarnos mejor con nuestros clientes, a veces de una manera más gráfica a través de nuestros logos, iconos o anuncios y otras haciendo que nuestras web, memorias o comunicados se visualicen correctamente y tengan una legibilidad óptima.

Pero hoy vamos a hablar de cuando usamos el diseño para diferenciar nuestros productos o servicios de la competencia y así conseguir que nos vean mas originales y de esta manera poder mostrar mejor nuestras virtudes y fortalezas.

La necesidad de diferenciar un producto de otro comenzó con la Revolución Industrial, cuando ésta permite la fabricación y comercialización de una manera global. Como consecuencia en los mercados se empiezan a ver múltiples productos para un mismo fin y podemos elegir entre uno u otro producto. En ese momento el fabricante ve la necesidad de diferenciarse de la competencia y que sus productos se vean distintos al resto. Todo esto hace que nos empecemos a preocupar por el diseño y éste se convierta en una parte esencial para diferenciar nuestros productos y servicios, ofreciendo soluciones tanto estéticas como técnicas, originales y prácticas que hacen, por ejemplo, que cuando vamos a comprar una batidora de mano, podamos elegir entre una decena de diferentes modelos, con diferentes precios y categorías.

El que estemos dispuestos a pagar más o menos por un producto o servicio, tiene mucho que ver con su aspecto y practicidad y en el caso de los productos digitales, más aún

El que estemos dispuestos a pagar más o menos por un producto o servicio, tiene mucho que ver con su aspecto y practicidad y en el caso de los productos digitales, más aún. Por poner un ejemplo, en el sector de la prensa local, que por causa de la crisis que llevan arrastrando de hace algunos años, tanto en su soporte papel como digital, han visto reducida su cuota de difusión e ingresos a cotas casi inasumibles, muchos medios se han decidido a dar el paso de cobrar por ver sus contenidos poniendo en marcha los llamados muros de pago o paywall.

En mi opinión lo de pagar por los contenidos que ofrecen los medios de comunicación, una información veraz, contrastada y elaborada por profesionales es algo que debería ser lo normal y lógico, otra cosa es el cómo lo están planteando. Porque de la noche a la mañana han pasado de no cobrar a cobrar por lo mismo que antes ofrecían totalmente gratis y es aquí donde yo veo el problema.

Intentar que la gente pague por un producto que no se diferencia en nada de los productos que son gratis, entiéndase en este caso, las páginas web, se me antoja muy complicado. El público y los futuros suscriptores no ven la diferencia de producto, aunque les digas que tienen contenidos y servicios extras. Para que lo vean como algo diferente, tienen que ser diferentes. Desde el diseño creo que se pueden aportar soluciones para crear nuevos productos más originales y prácticos y por qué no, más tangibles para el usuario/lector. Al igual que en tiempos pretéritos donde el diseño jugó un papel fundamental en el desarrollo de los diarios de papel, convirtiéndolos en productos de calidad, prácticos y sobre todo diferentes entre ellos.

Hoy en día la mayoría de los productos editoriales que se diseñan son digitales dada la importancia del mercado online a través de Internet, como hablamos en nuestro artículo “¿Están nuestros negocios adaptados al entorno digital? un diario digital no deja de ser un producto editorial y como tal habría que tratarlo y no dejar solo en manos de los departamentos tecnológicos el desarrollo de los mismos, contar en los equipos de gestión con el asesoramiento de profesionales del diseño a la hora de desarrollar nuevos productos es la mejor opción para lograr la diferenciación y originalidad tan necesaria en estos tiempos.